en forma de rayos láser para curvar el tiempo y ha hecho posible viajar al futuro.
Asimismo, las investigaciones sobre gravedad cuántica, cosmología relativista y teorías “gauge” han ido mucho más allá, llevando a superar las dificultades teóricas que implicaban los viajes al pasado, haciendo uso de objetos conocidos como “cuerdas cósmicas”, estructuras que reflejan el entrelazamiento de los diversos campos cuánticos inmediatamente después del Big-Bang, y que debido a su dificultad para desenrollarse permanecerían todavía hoy como reliquias de la gran explosión.
Hoy en día en nuestra realidad aún son reconocibles ciertas características de este período de la historia impulsado por vehículos a vapor herederos de la industrialización y por la voluntad de genios innovadores que rompieron la línea entre lo posible y lo fantástico.
Los viajes en el tiempo ya son físicamente posibles. Hasta ahora, diversos fenómenos físicos como agujeros negros o de gusano se habían propuesto como métodos, pero ninguno de ellos había llegado a distorsionar lo suficiente el espacio-tiempo. Un nuevo prototipo de máquina del tiempo ha sido desarrollado empleando energía luminosa